<p style="margin-bottom:11px"><span style="font-size:11pt"><span style="line-height:107%"><span style="font-family:Calibri,sans-serif">En una esquina de Villa Ortúzar, más precisamente en Plaza y Av. Álvarez Thomas, está Bar Oriente: un clásico bar de viejes. Cumple con todos los requisitos de un auténtico bar de viejes: barrio, simpleza, historia, habitués y buena comida. </span></span></span></p> <p style="margin-bottom:11px"><span style="font-size:11pt"><span style="line-height:107%"><span style="font-family:Calibri,sans-serif">Hoy funciona con opción “para llevar” y si pasás por la puerta están pegados en la ventana los dibujos de todas las promociones que tienen, porque es una familia de dibujantes. Gerardo Basabe, uno de los hijos de Dionisio, quien compró el bar en 1993, hoy abre y cierra el bar. La milanesa con fritas es un clásico de todos los bares, pero un gol de Oriente. Por un precio nacional y popular, pueden comer dos personas tranquilamente. Los platos de Oriente son las triple B: buenos, bonitos y baratos. El flan está en el top 3 de flanes de bares de viejes. Es un bar de minutas: la tortilla es para compartir y es excelente. El carré de cerdo y el bife con guarnición; tallarines con estofado y guiso de lentejas o sopa de verduras son algunos de los platos que nunca fallan en Oriente.</span></span></span></p> <p style="margin-bottom:11px"><span style="font-size:11pt"><span style="line-height:107%"><span style="font-family:Calibri,sans-serif">Es un bar que alberga la multiplicidad de un barrio: desde un grupo de tacheros habitués del bar hasta vecinos del barrio. Entre ellos, está P<span style="font-size:10.5pt"><span style="background:white"><span style="line-height:107%"><span style="font-family:"Segoe UI",sans-serif">edro Piris. Tiene 83 años y es oriundo de Mercedes, Corrientes, la tierra del Gauchito Gil. Hace unos años solía ir a Corrientes a conmemorar la Fiesta del Gauchito, pero hoy ya está grande. Vive a unas cuadras del bar y hace 30 años que va todos los mediodías a almorzar al bar. A veces una mujer que lo cuida lo acompaña; otras veces está solo en su mesa. Pedro es una prueba más de que los bares no sólo dan de comer, si no que acompañan, como la amistad. </span></span></span></span></span></span></span></p>