<p style="margin-bottom:11px"><span style="font-size:11pt"><span style="line-height:107%"><span style="font-family:Calibri,sans-serif">El bar tiene, con seguridad, 70 años en pleno Once. Según Catalino, tiene más de 100, pero no conocemos la historia de esos 30 años de diferencia. Aquí venían los jóvenes que empezaron a gestar La Hebraica. Fue fundado el 1 de julio de 1950 por Marcial Parrondo y los hermanos Eloy y Arturo Rodríguez, de Luarca, Asturias. Cuentan que el bar empezó a cerrar a las 12 de la noche a pedido de lxs que jugaban waterpolo en Hebraica. Catalino trabaja desde 1975 en el bar con los antiguos dueños. En el 2003 se hizo cargo del negocio junto a Roque, que trabaja hace 25 en el bar.</span></span></span></p> <p style="margin-bottom:11px"><span style="font-size:11pt"><span style="line-height:107%"><span style="font-family:Calibri,sans-serif">Después de la muerte de Arturo y Tomás, Eloy quería cerrarlo, pero en lugar de hacerlo, les dejó el negocio a ambos. Eloy Rodriguez se quedó trabajando con ellos un tiempo para enseñarles el oficio. Ambos son correntinos: Roque es de San Miguel y vino a los 14 años a Bs As a trabajar, y Catalino es de Bellavista. Hoy le siguen alquilando el local a Eloy, que viene muy cada tanto porque ya está grande.</span></span></span></p> <p style="margin-bottom:11px"><span style="font-size:11pt"><span style="line-height:107%"><span style="font-family:Calibri,sans-serif">Roque está a cargo de la cocina. Sus especialidades son la sopa de verduras, el pastel de papas y el locro. Y el sándwich de pastrón, el clásico, claro. De postre: flan casero, panqueques y manzana asada.</span></span></span></p> <p style="margin-bottom:11px"><span style="font-size:11pt"><span style="line-height:107%"><span style="font-family:Calibri,sans-serif">Fabiana es la hija de Roque y viene a ayudar en vacaciones. Me cuenta que la mujer de Eloy hacía una mermelada casera de ciruela increíble que se servía con el desayuno. Antes había knishes de papá y bohíos que traía una señora. Le pregunto por las transformaciones que tuvo el bar y me dice que el bar cambió mucho después del atentado a la AMIA. Las personas empezaron a tener miedo de estar en el bar y en el barrio. Varixs sobrevivientes del atentado siguen yendo al bar. Esta semana volvimos a “Lo de Catalino”, “Marcial” o “Pinon” (tiene varios nombres) en pleno barrio de Once. Según Catalino, quien trabaja en el bar hace 45 años, el bar tiene más de 100 años. Es famoso por su sandwich de pastrón y vale la pena probarlo. Comimos 2 sándwiches de pastrón con tomate, pepino y queso, una ensalada completa con papa, cebolla, zanahoria, tomate, lechuga y huevo, y un agua con gas. Todo por $570.</span></span></span></p>